Mañana
se acaba el mundo. Espero que estéis preparados. Yo sé que seré de los que el
sábado sigan vivos. Algunos hemos nacido para sobrevivir y otros no, eso es así.
Los que sabemos que a partir del sábado empieza una nueva etapa tenemos esa
sensación desde hace bastante. Se supone que no lo podemos comentar con nadie
pero como apenas quedan unas horas, yo os voy a adelantar mi plan. Sabéis que
soy un alma generosa, por si no corréis la misma suerte por lo menos que sepáis
que el mundo que empieza va a ser mucho mejor que el que dejáis. Os
recordaremos con cariño, de vez en cuando, o no quien sabe… Igual nos lo
estamos pasando tan bien que no nos acordamos.
El
caso es que he decidido que mi cometido en este nuevo Universo es crear el
Ministerio de los GUAPOS. Estoy convencida que las razones de la crisis en este
planeta es, en buena medida, que nuestros políticos tienen cara de ajo. Estar
gobernados por una señora como Angela Merkel, y tener que comer cada día con
ella en el telediario, produce úlceras a toda Europa. Los hospitales se
colapsan, la Sanidad en la Comunidad de Madrid se tiene que manifestar. Y todo
¿por qué? Porque Frau Merkel no desayuna All Bran, tiene cara de lechuza
estreñida y nos trae mal rollo a todos.
Inicialmente
me atraía la idea de crear una clase política guapa. Presidentes del rollo Pierce Brosnan, alcaldesas como Sharon Stone, gobernadores como Schwarzenegger… Pero
resulta que antes del fin del mundo éste logró el cargo él solito y la cagó
pero bien. Así que desistí en la idea. Pensándolo bien necesitamos políticos
que transmitan confianza, que nos cuenten cosas y todos los creamos. Gente que
sepan leer mientras miran a cámara y que parezca que todo brota de su mente.
Toda
la vida enfrente de nuestras narices y ¿aun no nos hemos dado cuenta? Ana Blanco es la perfecta presidenta. De hecho, empiezo a preguntarme si está viva
o es un robot. Los años pasan pero no por Ana. Ella y su media melena
permanecen en los informativos de TVE, gobiernen los azules o los coloraos.
Necesitamos políticos así: un Matías Prat, una María Escario gente con cara
simpática. En el nuevo universo me encargaré que todos los niños con
aspiraciones políticas sean Matías, Pedros, Anas o Marías. Los que me salgan
con caras propensas a bigotes o cejas rebeldes los mandaré para el rincón de Sálvame.
Aparte
de eso en este nuevo mundo las chonis estarán condenadas al ostracismo. Se
permitirá revivirlas en Halloween para aterrar a los más pequeños o en las
películas de terror de serie B. Por supuesto se estudiarán en la universidad de
antropología como corriente social del siglo pasado al igual que se puede hacer
una tesis sobre el comportamiento de los primates o el apareamiento de los
percebes. Más allá de ello, el ministerio que yo gobernaré (y que será de orden
dictatorial) no permitirá bajo ningún concepto cualquier look que pueda
recordar mínimamente a una participante de MHYV. El castigo para aquél que lo
incumpla será llevar los pantalones de Falete sin cinturón durante tantas
semanas como días haya incumplido la norma.