domingo, 20 de marzo de 2016

El Milagro de la Vida

Dicen que cuando tienes un hijo la vida te cambia. ¡Sí! Pero lo que lo que no dicen es cómo. Nadie lo cuenta pero estoy segura que al llegar al paritorio te hacen firmar un contrato “te damos a tu hijo a cambio de tu sentido común”. No sé si será por el dolor del parto, alguna que lleva la epidural o, en el caso de ellos, los nueve meses de espera pero todos sin excepción firman. Entran siendo adultos normales de los que disfrutaban los sábados por la noche en Makkila y salen totalmente hipnotizados. Ahora sólo hablan de sacaleches, chupetes y faldones de Nanos.

De repente, pasan a tener en sus brazos una cosa arrugada, fea, que no hace más que cagar, comer y llorar (el orden y la intensidad puede variar pero las tres se repiten) y sin embargo para ellos es lo más bonita del mundo. Se han dado casos de señores que confundieron a sus hijos con cobayas alopécicas y sólo lo notaron cuando después de 3 meses seguían sin sostener la cabeza.

Este es un tema con el que estoy muy sensibilizada porque hace un mes mi hermana tuvo un bebe. Por suerte, mi sobrina es el ÚNICO bebe del mundo bueno que llora lo justo, come bien, duerme mucho y sobre todo es guapísima porque se parece a su tía. Mi sobrina es perfecta si no fuera por su caca, son igual de fétida que la de cualquier otro bebe.

Digo yo, ¿cómo es posible que una cosa de cuatro kilos haga cinco cacas al día? Me gustaría saber qué lleva exactamente esa leche y sobre todo, ¿cuándo hablaban de armas químicas de destrucción masiva en la ONU, hacen referencia a un ejercito de bebes con cagalera? Porque os aseguro que tres minutos encerrado en una habitación llena de pañales termina con el ejercito mejor entrenado. (A no ser que sea un ejercito de madres inmunes a cualquier desastre infantil)

jueves, 17 de marzo de 2016

Madrid is my Lady...

Hace un montón que no escribo en el blog. Desde el 2014 mi vida ha cambiado muchísimo. Tengo un marido , tres hijos, un perro que se llama Floofy y un chalet adosado en Manzanares del Real… (Yeah right!!)
En realidad todo sigue igual… Por lo menos pude salir del suburbial Pozuelo para vivir en la City. Bueno, no vivo en Londres, me refiero a Madrid, pero ya no soy una chica de pueblo

Ahora vivo en Goya. Cada día me duermo con el apacible ruido del camión de la basura, los coches que pasan y mi favorito, los borrachos del fin de semana, que por desgracia en mi barrio son pocos. Cada noche, al llegar a casa observo como mi ropa esta gris por la polución y desde hace meses tengo tos seca a consecuencia de la contaminación (en realidad esto me lo he inventado un poco) Pero me encanta tanto ser cosmopolita que a veces creo que me he hecho adicta al dióxido de carbono!!

Por desgracia a tan sólo 30 metros de mi casa está El Retiro. Uno de los pulmones de Madrid dicen… En 18 meses que llevo viviendo aquí aún no lo he pisado. Me da miedo que mis pulmones se limpien, no quiero recuperar el color sonrosado y saludable de las chicas de pueblo, ¿os imagináis? ¡Qué low class! La verdad, pretendo continuar así, observándolo desde una distancia prudencial mientras disfruto de una limonada sentada en la terraza de Harina.

La naturaleza es para los patos, los que trabajan recogiendo lechugas y los runners (esa secta de la que pronto os hablaré)… Por suerte no pertenezco a ninguno de esos tres grupos, aunque si tengo que elegir he de decir me identifico bastante con el primer, tengo unos pies bastante grandes y no se me da nada mal nadar...

Para los que siempre habéis vivido en el centro no sabéis apreciar la adrenalina extra que da despertarse sea la hora que sea, mirar por la ventana y ver gente por la calle. Siempre hay alguien que se despertó antes que yo o que todavía no se ha acostado, Madrid no descansa. Preparada para dármelo todo.

 Por malo que sea el día o por triste que esté, la ciudad siempre está ahí para ofrecer un plan. No hay nada que no se haya vivido ya aquí antes: desamores, trabajos perdidos, amigos traicionados… “No seas catastrofista y tomate una caña en Malasaña, un vino en La Latina o gintonic en Salamanca y después… Dios dirá “.  La noche es joven y Madrid nunca duerme…