jueves, 8 de noviembre de 2012

¿CONDUCIR O NO CONDUCIR? (2ª Parte)


Desde que hace un par de semanas comenté en un post que me habían sugerido que mi modo de conducir no era el más adecuado, parece que todo el mundo se cree con derecho a opinar. 
Me he puesto a investigar, una habilidad que por cierto si he desarrollado muy muy bien (darme un nombre, un apellido, media hora y os daré su expediente de la guardería) y resulta que mi fama de mala conductora está por todo Madrid. Es más ha traspasado las fronteras nacionales.

¿Sabéis lo más triste? Cuando os digo si queréis que os acerque a casa nunca nadie me ha dicho “no gracias, prefiero ir en taxi”.  Lo cual quiere decir que sois tan sumamente agarrados que vuestra vida ni siquiera vale una carrera en taxi. Entiendo que la bajada nocturna está cara, pero deberíais empezar a plantearos vuestras prioridades.

En realidad mi investigación ha ido mucho más allá. Como cotilla con años de experiencia que me avalan, he descubierto que la desconfianza en mis artes al volante empiezan en mi propia familia. Muy fuerte teniendo en cuenta que de 4 personas que vivimos en casa sólo dos mantenemos todos los puntos y de ellas una soy yo. A la otra, mi padre, le pusieron una multa por exceso de velocidad en mayo (iba a 124 km por la autopista). Yo no tengo ni siquiera multas de aparcamientos.  

¿Os preguntareis cómo he llegado a esta conclusión? Se deduce del hecho de que desde hace unos meses se me ha asignado un coche al borde del siniestro. Deberían haberlo cambiado hace tiempo, pero han decidido que sea yo quien lo lleve. Se suponía que hasta que este se cambiase  mi hermana y yo nos turnábamos con el A3 que es el coche molón, pero a la hora de la verdad yo llevo el siniestro y ella el molón.

Estoy segura que debió haber una conversación así entre mis padres:

                      -Pilar, tenemos que hacer algo, Lucía conduce fatal. Algún día nos va a dar un disgusto, pero en     realidad ni tú y ni yo tenemos autoridad moral para decirle nada porque es una percepción subjetiva. Su expediente automovilístico es irreprochable, mantiene sus 12 puntos y ninguna multa.

-Tienes toda la razón, Jandro ¿Qué propones?
-Cedámosle el Passat, es un coche viejo, al borde de su último suspiro. Con un poco de suerte le dará un susto y ella misma decidirá no volver a conducir  más.

Mi madre, que en el fondo es una sentimental, diría algo como:
            - ¿Estas seguro? Pero y ¿si le pasa algo? Nunca me lo perdonaría, lleva tanto tiempo en la familia…. (se refería al coche por supuesto)

PD: Hoy en el Metro de Madrid veo un cartel del 5 al 18 de noviembre XII Semana de la Ciencia de Madrid, no soy científica, ¿pero eso no es una quincena? A la ya pueden desapuntar a uno de la lista del INEM y que se dedique a corregir todos los carteles. No me de las gracias Sr. Rajoy, no las merece.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajajaja me encanta.

Cassandra Too dijo...

I have never like driving, oh well.

Btw Lucia, I would like to invite you and your readers to come join us in fun events organized by our Bloggers Against Social Injustice committee & also at the same time do your part and spread the words of a good cause.

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I hope to see you there! :)
Cassandra
backtofive.blogspot.com
Bloggers Against Social Injustice

Juan Ignacio dijo...

Es una quincena, seguro. Una semana y luego, sin ningún día de interrupción, otra ¡Cómo está la Ciencia, en época de crisis y duplicando la duración de la semana!

Un beso, te lo has ganado.