Últimamente
flipo con la cantidad de chicos infieles que salen a ligar por las noches de
Madrid. No se si antes era diferente pero sí lo hacían con menos
descaro. “Hola, me llamo Pepe soy podólogo y tengo novia, ¿me dejas que te meta
mano y te de cuatro besos con pestazo a whisky?” Ojo probablemente también hay
un montón de chicas en la misma situación pero de momento ninguna ha intentado
ligar conmigo y como me debo a mis lectores he de ser completamente fiel a la
realidad que conozco.
A
ver chicos os lo voy a explicar de una forma que lo entendáis. El mundo de las
relaciones es como cuando en el colegio elegías formar parte del equipo de
fútbol o del de baloncesto o no formar parte de ninguno de los dos, en ese caso
erais los raritos del curso, los intelectuales. Aquí es un poco parecido.
Pongamos
que los que se dedican al baloncesto son los que quieren relaciones formales.
Son tíos que dedican menos tiempo a su aspecto físico, fieles a tope, no hay
más que ver a Navarro y Gasol, desde los 15 años compartiendo habitación; ni el
tiempo ni la distancia los separan. Saben que los partidos son a 4 tiempos y
que hay muchos puntos que marcar, entre descanso y descanso miran a las animadoras
pero nunca las tocan.
Los
jugadores de fútbol son numerosos, mucho más pasionales, les encanta la fiesta.
Saltan de flor en flor y sus amores se reparten dependiendo con quien compartan
la copa esa noche (si es del Rey o del Mundo). Les encanta tocar y no dudan
hacerlo durante los partidos a todas horas. Son impacientes aunque a la hora de
la verdad, con dos o tres goles suelen estar servidos…
Ahora
bien, los dos deportes eran divertidos, tenías que elegir uno u otro. Si en mitad de la temporada un entrenador, tu mejor
amigo o una iluminación te hacia cambiar de opinión podías reubicarte. Lo que no estaba bien visto por nadie era jugar un día a
uno y otro a otro. A partir de los 25 las reglas del juego son las mismas. Todavía no sois profesional players, tranquilos no lleváis anillo, podéis probar el baloncesto y
volver al fútbol en cuanto os apetezca. Pero bajo ninguna circunstancia podeis estar en el equipo de baloncesto en
el recreo después de comer, y pedir que os admitan en el equipo de fútbol durante
el descanso de la mañana la vida esta hecha de decisiones. Así son las cosas y así se las hemos contado.
6 comentarios:
Muy bien dicho! La verdad es que algunos son patéticos... Besotes!
Habría que estar gritándolo bien alto a ver si se enteran.
Besos
Raquel
http://raqueljimenezbisuteria.blogspot.com.es/
Todita la razón! Deberías escribir un libro!
Lo peor es que pasa con mujeres y hombres, no son los roles. Es toda la sociedad que vive en una nube de fantasía.
A mi personalmente no me parece mal ni el futbol ni el baloncesto, siempre y cuando todos los jugadores sepan a que estamos jugando.
Es sorprendente cuando uno se atreve a decir la verdad sobre el deporte que quiere practicar. A mi personalmente nunca me ha generado ningún conflicto decir la verdad. Al principio sorprende, pero la verdad siempre se acepta.
Y cuando estas al otro lado, que pasa? Tu, no juegas a nada y tu pareja toca todas las teclas.
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