LA CHISPA, PRINCIPES AZULES Y OTROS CUENTOS...

La chispa no existe es así de simple. Nos la inventamos para intentar justificar enamoramientos inesperados de chicos que sabemos que carecen de cualidad alguna. Hasta las chicas más cuerdas en algún momento se han comportado como vendedoras de tupperware colocadas de crack por un tipo que las ha sabido torear. En mi caso, he desarrollado cuelgues por tipos que en el casting de Gandía Shore serían rechazados por carecer de neuronas suficientes… Sinceramente, me niego a pensar que el Universo no tenga otra cosa que hacer que alinear las estrellas para que estos Einstein to be y yo formemos una familia feliz…

La clave del éxito para cualquier chico es una simple medida de dos de cal y una de arena (la cal es lo malo no??) Nos gusta sufrir, eso es así. ya lo explique en otro post hace un par de semanas. Desde que el mundo es mundo y los niños empezaron a tirarnos de las trenzas en la guardería nada es más irresistible que un rechazo en el momento adecuado. Porque los príncipes del siglo XXI ya no visten de azul ahora fuman María, bailan desnudos en las Vegas (Enrique de Inglaterra) y se casan de penalti (Andrea Casiraghi).

El sueño de toda teenager es un vampiro que durante una saga de 4 libros se plantea si beber la sangre de su novia o convertirla en inmortal; o Mario Casas sin camiseta. No he visto 3 metros sobre el cielo, pero la verdad tiene más pinta de malote que de quedarse en casa poniendo la lavadora y pasando la aspiradora...

Una de las niñas más guapas de todo Madrid  y sin duda con mayor autocontrol que conozco se derritió ante un chico con la frase “¿Qué mal bailas no?” Ocurrió hace 5 años, pero ella aun le recuerda... Así somos nosotras, hasta las torres más altas e indestructibles, los símbolos de una ciudad, pueden caer si un tipo con mala leche suficiente sabe donde impactar.