
La técnica ha avanzado, pero la esencia
del ser humano se mantiene, capaz de lo mejor y lo peor. Es el mismo hombre
(fisiológicamente) el que pone la bomba, que el médico que lo deja todo,
familia, comodidades, casa y amigos para procurar una vida mejor a los que no
tienen nada en el Cuerno de África.
Es ante una masacre como la de París,
ante el horror de la guerra de Siria, ante una catástrofe natural, o
simplemente ante el sufrimiento el ser humano necesita algo más. Es en estos
momentos cuando el hombre se cuestiona si realmente hay algo más, la
transcendencia de su existencia, su espiritualidad, dónde está Dios…
En la imagen de “Pray for Paris” no se nos pedía rezar a Dios, ni a Yaveh, ni siquiera a Alá. TODAS las oraciones eran válidas. La verdad, ni soy teóloga ni psicóloga, pero imagino que seas creyente de la religión que seas, si estas bien de la cabeza, quieres vivir una vida larga y feliz en Paz.

Imaginemos por un momento que todas esas
personas que salían corriendo de la sala Bataclán se encontrasen de bruces
contra una pared que no les dejase avanzar…